En este post vamos a
hablar del amor romántico, es decir, del amor del que te enamoras de una
persona y decides compartir parte de tu vida con ella. Eres adolescente y aún
te queda tiempo para echarte tu primera pareja o quizás ya la tengas. Este post
va dedicado a ti que aún no la tienes y piensas que nunca nadie te va a querer.
Hay varias razones
por las que puedes pensar que nadie te va a querer:
1.
Puedes pensar que nadie te va a querer porque eres una
persona fea.
2.
Puedes pensarlo porque estás gorda y piensas que nadie
va a quererte si estás gorda.
3.
Puedes pensarlo porque crees que no eres lo
suficientemente simpática.
4.
Puedes creer que no eres lo suficientemente
interesante para estar contigo.
5.
Puede que tus compañeros y compañeras del colegio se
metan contigo y te hagan de menos y tú te hayas creído las tonterías que te
dicen y pienses que van a determinar toda tu vida.
Cinco razones
posibles por las que piensas que nadie te va a poder querer. Una y otra vez te
repites: pero ¿cómo me va a querer con lo fea que soy? ¿Cómo me va a querer
alguien si soy tan poco interesante? ¿Cómo me van a querer si todos los de mi
clase me humillan y se meten conmigo? ¿Alguien en un futuro, si supiera lo que
me hacen, si supieran que se ríen de mí, me podría querer? Es imposible.
Hay un refrán español que a mí no me gusta demasiado
la forma en la que está planteado, pero detrás de lo que dice tiene mucha certeza:
"siempre hay un roto para un descosido". También en mi ciudad
disponemos de uno que mi madre me lo decía cuando yo le gritaba de adolescente:
"¡¡¡pero a mí quien me va a querer!!!" Ella para reírse de mí me
contestaba: "siempre hay un tonto que pasa por Cuatro Caminos". Ahora me hace mucha gracia. Siempre busco a mi tonto.
Sobre el punto 1: Es que soy fea.
Te parecerá una frase hecha, pero la belleza es muy
subjetiva. Durante toda mi vida he visto parejas formadas por un componente muy
bello y el otro, para mí gusto, no tanto. Parejas que se han mantenido juntas
durante años, han sido felices y nunca se han separado.
No importa que seas fea. Importa que a la persona que
te guste, le guste tu cara o no. Puede ser que sí o puede ser que no. Por
supuesto, también valorará más cosas: cuerpo, forma de ser, olor, lo que le
transmites... Son tantas cosas, pero es cierto que puede que la cara sea como
la tarjeta de presentación. Imaginemos que te gustan 3 chicos o 3 chicas. Puede
ser que dos te vean fea y el otro guapa. Puede pasar. Es muy raro que te vean
todos fea (o todos guapa).
Además, hay una cosa que no estás teniendo en cuenta:
eres un adolescente y tu cara de hoy no será tu cara de mañana. No hay época en
la que seamos tan "feos" que cuando somos adolescentes. Tantas espinillas,
tantos tamaños tan amorfos, tantos cambios continuos y repentinos. ¿Sabes la
historia del Patito Feo que se convierte en Cisne? Pues eso. Ahora mismo estás
pasando la fase de patito feo y no te puedes juzgar por lo que los demás opinen
de ti ni por lo que tú opines de ti porque esta no será tu cara de mañana. Aún
no sabes si eres fea o no.
Sobre el punto 2: Es que soy gorda.
Por suerte nunca he tenido problemas con mi peso y eso
que hubo una época en mi vida que estaba literalmente gorda (según los
parámetros del Índice de masa corporal). Nunca me puse nerviosa o dejé de comer para verme tan delgada como algunas de mis amigas. Lo tenía
claro: sabía que era una fase que estaba pasando. Todavía era bajita y era una
época en la que tenía mucha hambre. Hacía deporte, jugaba al vóley, me gustaba
correr y sabía que con el paso de los meses o años adelgazaría y llegaría a una
talla que me gustase. Sinceramente, no a la talla 36 porque nunca he querido
estar tan delgada.
Si la belleza es relativa, la gordura es relativa al
cuadrado. Fijaros las personas anoréxicas que están literalmente en los huesos,
pero tienen una distorsión de la realidad que las hace verse gordas. O hombres
guapísimos que están con hombres muy muy gordos y les encantas. Aquí sí que se
da el "para gustos los miles de colores".
No sé por qué siempre lo he visto claro y no me he
preocupado de mi peso y me han gustado personas con un índice de masa corporal
que indicaba sobrepeso y otras muy delgadas. La gordura no tiene ninguna
importancia en la pareja, más allá de la salud y el deporte. Por ejemplo, si te
gusta una persona que es muy deportista y a ti no te gusta caminar o correr o
hacer senderismo es probable que esa persona no quiera estar contigo, pero no
porque estés gorda, sino porque no compartes sus hábitos saludables.
Para mí el peso se relaciona con salud. Me gusta estar
bien, me gusta comer bien, me gusta estar en forma sin ser una obsesa de
ninguno de estos tres puntos.
Sobre el punto 3: Es que no soy simpática.
Yo tampoco era simpática cuando era adolescente. Era
muy tímida, no entendía las bromas de los adolescentes, tenía problemas en
casa, no me gusta del todo el colegio/instituto, estaba cansada, estaba triste.
Es una época en la que lo estás pasando mal por lo general, así que tampoco
sabes muy bien cómo es tu carácter. Ahora mismo dice que no eres simpática,
pero puede que sí lo seas.
Por ejemplo, yo descubrí en el penúltimo año de
instituto (con 15-16 años) que era graciosa. Ni lo sabía. Como era tan tímida y
casi nunca hablaba ni siquiera lo sabía y cuando hablaba como hablaba tan bajo
y ya todos me tenían como la seria, la seca, tampoco es que me escucharan
demasiado. Pero me pusieron en un grupo de trabajo con digamos uno de los
"guais de la clase" (¿ahora se diría los cool de la clase?) y, aunque él hablaba mucho y escuchaba poco
(algo que se pueden permitir los guais que para eso lo son), me escuchó y tomó
en cuenta mis opiniones y se rio muchísimo conmigo. Cuánto más se reía, más me
reforzaba para seguir diciendo las tonterías que normalmente tengo en mi cabeza
(que una cosa es parecer seca y ser tímida y otra cosa es todo lo que tiene
dentro de la cabeza esa persona. Si se atreviera a sacarlo, daría muy buenos
momentos a los de alrededor).
Gracias a esta pequeña anécdota que para mí fue muy
importante y marcó un hito. A partir de ahí empecé a hablar mucho más y
descubrí que le caía en general a todo el mundo muy bien. No diría que acabé
siendo una de las "guais de la clase" pero sí que me convertí en la
consejera y amiga de "los guais de la clase". Fue un gran cambio en
mi vida a positivo.
Por lo que ahora mismo no tienes ni idea de cuál es tu
carácter, pero es que además es moldeable y tú lo puedes llevar hacia un sitio
u otro. Si algo tiene de bueno ser adolescente es esto: es que te puedes
moldear.
Sobre el punto 4: Es que no soy interesante.
Seguimos en la línea del anterior. Generalmente, hay pocos adolescentes interesantes (lo siento), pero algunos los hay. Lo que les hace ser interesante suele ser la lectura y sus aficiones. Por tanto, seguimos en la línea del punto anterior porque la buena noticia es que también se puede moldear.
Un adolescente que sabe lo que le gusta (spoiler:
puede ser que cinco años más tarde no te acuerdes o, incluso, no te creas que
eso te gustaba), que sabe de los temas que le interesa, que escucha o lee
noticias, libros o artículos relacionado con ellos es un adolescente que causa
admiración. En general, diría que el tiempo nos hace más interesantes, aunque
hay personas jóvenes que son muy interesantes, principalmente, porque se sabes
expresar muy bien, exponen de manera clara sus ideas y porque les gusta un tema
o varios y lo expresan de manera interesante.
Así que si quieres parecer interesante: ¿qué es lo que
te gusta?
Siempre encontrarás a alguien dispuesto a escucharte y
que comparta tus intereses.
Sobre el punto 5: si se meten contigo.
Seguro que estás sufriendo. Seguro que te hace sufrir.
Seguramente que te duele y te hace llorar, pero lo que te dicen no eres tú y no
te define. Puede que suene a psicología barata lo que voy a decir pero
normalmente se meten con alguien que tiene una luz especial, que transmite algo
especial que como no saben identificar intentan apagarlo.
Las personas que transmiten esta luz especial suelen
ser muy populares en la Universidad porque ahí se valoran otros méritos. Puede
que no en los trabajos porque en los trabajos de nuevo se pone encima de la
mesa la competitividad y la envidia.
Me acuerdo que una vez hicieron un ranking de personas
feas de mi clase (de las chicas más feas). Éramos 8 y a mí me pusieron en el
octavo lugar. Se encargaron muchas personas de hacérmelo saber. Honestamente,
no creía que merecía esa posición. Tampoco me merecía estar entre las primeras
porque era cierto que ahí estaba un poquito fea, pero una posición sexta o
incluso séptima hubiera sido más certera. ¿Qué pasa? Que había dos chicas que eran
muy amigas de los que hicieron el ranking
y las pusieron en posiciones altas (como la tres o la cuatro). Me dolió, pero
cuando analicé el ranking, las
posiciones en las que habíamos quedado y quién lo había hecho lo entendí todo.
Se me pasó el dolor. Era subjetivo (además de una patraña machista) porque como
la mayoría de la clase eran chicos -32 chicos contra 8 chicas- era lo típico que
iban a hacer para pasar el tiempo.
La única valoración que hice del ranking fue: quizás
debería de ser más simpática, pero no con estos que han hecho el ranking que ni siquiera me caen bien,
pero hay algunas personas de la clase que ignoran completamente estas cosas y
ni les gustan. Quizás tendría que ser más simpática con ellos e intentar
conocerles. Y eso hice y me hice amiga de tipos raros que también estaban muy
solos y resulta que luego eran muy majos, agradables e inteligentes y aprendí
mucho de ellos y con ellos. Me dejé de sentir tan sola e hicimos piña.
Lo único que necesitaba era saber dónde mirar.
Por supuesto, siguieron llamándome fea, a veces, me lo
dejaban en papelitos encima de mi mesa.
Increíble pensar que nunca jamás he tenido problemas para ligar, que he ligado (o han ligado conmigo) durante toda mi vida chicos que he considerado muy guapos, que durante un tiempo salí con el más guapo del instituto (durante 10 años) y que, aunque no soy guapa, soy linda como me define la gente. ¿Cuánto hubiera perdido si me hubiera quitado del medio como le apeteció muchas veces a esa adolescente?
Deja pasar el tiempo, te sorprenderá como cambia todo. |
Lo pero que te puede pasar en la adolescencia es que te valores o que formes lo que piensas de ti (tu autoconcepto) sobre lo que otros piensan de ti, que no tiene ni tendrá ninguna importancia. Si necesitas más ayuda, puedo ofrecértela. Un abrazo de una adolescente que sufrió sin sentido.
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