Es muy doloroso cuando te pasa algo que te hace daño. Cuando alguien te ha violentado, vejado o simplemente engañado. A todos nos ha pasado alguna vez eso. Todas las vidas lo suficientemente largas para poder ser vividas pasarán por una situación traumática injusta para ellos, desde su punto de vista, y las que no lo vivan será porque ha llegado una injusta enfermedad antes de tiempo y se lo ha llevado.
Por eso, debemos de aprender a vivir con que algo malo nos haya pasado y este algo malo no destroce nuestro mundo. Es muy difícil. Muy difícil de superar. Imaginemos a la madre o el padre que le asesinan a su hija o hijo. ¿Cómo superan esta injusticia?
Desde mi punto de vista, es muy personal, estas personas tienen el derecho de quedarse el resto de su vida sufriendo. Si ellos lo quieren, si es su decisión, si es lo único que pueden o saben hacer, ¿por qué tienen que volver a ser felices? ¿Por qué tienen que volver a vivir si ellos se sienten muertos por dentro?
El consejo general de las personas de alrededor suele ser: «Sal, haz cosas, tu hijo querría verte bien, intenta divertirte». Sinceramente, no creo que eso tenga que ser obligatorio si la persona no quiere. Cuando te encuentras mal y sales a tomar algo, por ejemplo, cuando vuelves a casa valoras si te lo has pasado bien y te ha merecido la pena o si te sienten peor de cuando saliste (probablemente si has bebido, te sientas peor y mucho peor al día siguiente si tienes resaca).
La vida es una solamente y cada uno la puede vivir como quiera. No hay ninguna obligación de que sea divertida. Hay a mucha gente que les tocan vidas verdaderamente duras y necesitan vivir en la tristeza. Muchos los llaman víctimas y los más osados se atreven a decirles que les gusta regodearse en la tristeza. Con las cartas de cada uno (genéticas, neurobiológicas, ambientales, intelectuales) tu cuerpo y tu alma te pide vivir en esa tristeza. ¿Por qué tienes la obligación de recuperarte?
Ojalá tengas la libertad para decidir cómo quieres estar y ojalá tengas la sabiduría para convivir con ese dolor, pero también con cosas que te apetezcan hacer. Por ejemplo, si te apetece leer, estudiar, tocar un instrumento, coleccionar algo, hacer un pequeño viaje en solitario, salir con los amigos en compañía. Lo que sea que te apetezca hacer a pesar del dolor que tiene y que nadie te juzgue con el: «Supéralo ya. Hace mucho que pasó»
¿Quiénes son ellos para juzgar tus tiempos?
Nadie debe de juzgar cómo vives tu vida
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