- Tengo mucho trabajo, pero bien. Es que estoy más contentaaaa -se oyó entre los murmullos del resto de comensales-. Todos los comensales la miraron y preguntaron.
- ¿Y eso?¿Qué tienes un trabajo nuevo?- Preguntaron varios, casi al unísono.
- No del todo. Sigo en mi trabajo de siempre, pero por las mañanas como me sobraba tiempo, he empezado a colaborar en una organización de adicciones. Trabajo con personas que han tenido contacto con las drogas.
- ¡Qué bien! ¿No?
- De maravilla. Tengo que trabajar mucho porque colaboro en los talleres y tenemos que proponer ideas todas las semanas, pero muy contenta. Conociendo gente muy interesante. Tengo la sensación de que así veo mejor la realidad del problema.
El altruismo se conoce como el deseo de favorecer al otro con independencia del propio
beneficio. Sin embargo, lo que más ponemos en práctica los seres humanos es lo que se conoce como conducta prosocial que es una conducta social positiva con o sin motivación
altruista. El altruismo es una conducta moralmente más perfecta, pero el
término conducta prosocial (no altruista) me parece más útil para
definir todo lo que le supone a la persona que lo realiza, todo lo que le aporta hacer
VOLUNTARIADO. Con el voluntariado es más lo que RECIBIMOS que lo que DAMOS, por lo
que...
¿Qué motivos tengo para hacer
VOLUNTARIADO?
El voluntariado aporta una serie de beneficios que se perciben desde muy pronto: el principal beneficio es una gran alternativa
para la tristeza. En general, existe una correlación positiva entre realizar cualquier
conducta prosocial y la felicidad, es decir, a más socialización, más
felicidad.
El contacto con otras personas: Independientemente del tipo de
voluntariado que sea (social, naturalista, político, deportivo...) se
incrementan las relaciones sociales (conoces a más gente con la que compartir
experiencias y además con las que compartes un objetivo). En consecuencia,
también aumentas tu capacidad para las relaciones. Esto se potencia enormemente si es un voluntariado con personas con algún tipo de
problemática.
Es una manera de que pongas a disposición de otros, tus recursos personales. ¿Qué sabes hacer? Coser, cocina. bailar, literatura, música, contar chistes, enseñar español,
hablar... ¿En qué eres un
especialista? Seguro que lo que se te
da bien, hay alguna organización que lo necesita.
También, y esta motivación es menos altruista pero igual de válida, es una
forma de estar en contacto con el medio laboral y
así incrementar competencias y mejorar tu curriculum.
En algunos casos el voluntariado es una fuente de puestos de trabajo y no solo
para las personas que han estudiado temáticas relacionadas con la materia
(trabajadores o educadores sociales, enfermeros...), sino también para personas
motivadas para colaborar con estas organizaciones, ya que estas organizaciones
valoran que se conozca la organización desde dentro y el modo en que
afrontas la problemática.
Normalmente, las personas que se acercan a las
ONGs son de dos tipos: o profesionales relacionados con el lugar en el que van a hacer voluntariado para así tener una experiencia profesional o familiares que han sufrido muy de cerca el
problema (SIDA, alzheimer, cáncer) y que
continúan en la organización una vez que su familiar ya no está porque quieren devolver a la entidad lo que ésta hizo por ellos.
Si has pasado o estás pasando por ello y más cuando dispones de un sentido del humor admirable
e irradias positividad, este voluntariado cumple una doble función:
- Te
puedes convertir en un guía para el resto de compañeros.
- Empezarás
a ver tu problema, no como si fuera propio, si no desde la óptica de cómo
puedo ayudar a los demás a superarlo desde mi experiencia.
El contacto con personas que tienen una
dificultad hace que valoremos, desde otra perspectiva, nuestras propias dificultades
y las relativicemos. En definitiva, es una forma fácil de sentirte más
feliz.
En tu caso, ¿en qué eres un especialista?
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