Alternativas a la tristeza: leer.

By Psicomata - 16 agosto

    Antes de empezar este post, voy a utilizar una de las palabras que más les gusta usar a los Youtubers sobre todo de economía: DISCLAIMER. Y es que quiero hacer un disclaimer, una advertencia, antes de que empieces a leerlo por si tiene sentido para ti o no esta alternativa a la tristeza. 

    Primer recordatorio: la serie "alternativas a la tristeza" tratan sobre actividades más o menos sencillas y económicas de hacer que podemos realizar de forma fácil y que están al alcance de nuestra mano. Actividades que cuando estamos mal se nos puede olvidar hacerlas. No significa que nos vayan a devolver la felicidad, pero sí, al menos, espero que estemos bien el ratito durante el que las estemos haciendo. 

    Segunda advertencia relacionada con la lectura: no a todo el mundo le gusta leer. Hay personas a las que no les gusta leer, que leer no les da placer, que no entienden el tiempo invertido en un libro. Lo he visto entre algunos ingenieros por poner un ejemplo. A los que me refiero les da más felicidad, por ejemplo, arreglar una chapuza en casa, arreglar una máquina, el coche, que pararse, sentarse y ponerse a leer. Si ese es tu caso, esta no es tu alternativa a la tristeza. Probablemente, la tuya vaya más orientada a coger algo que tengas en casa roto y ponerte manos a la obra a arreglarlo. Es igual de válido que leer. 

    Tercera y última advertencia y, quizás la más importantes, hay personas a las que les cuesta leer. Por ejemplo, a las personas que tienen o déficit de atención o hiperactividad les suele costar leer y para ellos ponerse a leer es algo que les requiere un esfuerzo extra, que tienen que comprometerse consigo mismos de forma consciente de que se van a sentar, van a leer tantas páginas o tantos párrafos y cada palabra que leen tienen que hacer el esfuerzo de recordarse a sí mismos que están leyendo, que tienen que hacer esa actividad. 

    Por lo tanto, para este grupo de personas tampoco es ahora mismo este alternativa a la tristeza, porque te generaría un esfuerzo extra y te recuerdo que si has llegado hasta aquí es porque estás mal. 

    No obstante, al final te daré un ejemplo para leer si es que realmente quieres hacerlo, pero repito: puede que no te sirva y que el esfuerzo de intentar leer te genere muchísima más ansiedad y esa frustración aumente tu tristeza. Por favor, piensa que cuando estás triste, para cualquier persona, incluso para personas que aman y adoran la lectura como yo lo hago, es difícil ponernos a leer porque en los primeros segundos/minutos cuando nos ponemos con el libro delante ese problema/s que tenemos y que son los que no nos dejan de dar vueltas a la cabeza, en el silencio de la lectura, nos golpean fuerte y quizás no podamos terminar el primer párrafo. Por lo que para todos, cuando estamos mal el comienzo de ponerse a leer puede resultar complicado. 

    Dicho esto:

¿Qué pasos de la lectura pueden hacer que te sientas algo mejor?

    La lectura es una actividad al alcance de todos. No obstante, antes de ponernos a leer hay un proceso que empieza ya a hacernos sentir bien y relajados a las personas que nos gusta leer y es el proceso de adquisición del libro. 

    En primer lugar, tienes que elegir qué libro vas a leer. Puede ser que sea un libro que has oído, que te han recomendado, que te haya resonado. Por tanto, esta es la primera parte del proceso que nos sirve de alternativa a la tristeza. 

    En este punto y si estás mal, no te recomiendo leer libros de autoayuda. 

    "Pero ¡¡¡¿¿cómo??!!! Si precisamente estoy mal, ahora es el momento de leerlos ¿no?" 

   Yo no leería un libro de autoayuda que no me fuera recomendado por un profesional de la Salud Mental, pero incluso lo pondría en mi cola de lectura con pinzas. Antes me leería un libro que me hiciera sentir bien. Un libro de humor si me quiero reír, un libro de romántica si quiero soñar o entretenerme con la vida de otros, un libro de misterio si quiero poner a prueba mi agudeza y curiosidad, uno de histórica si quiero aprender algo. Desde mi punto de vista, estos libros son ahora mismo mucho más útiles para descargarnos o evadirnos unos momentos de nuestra tristeza y nos mantendrán más enganchados por lo que querremos volver más a ellos, a seguir leyendo. Si vamos a leer un libro de autoayuda para seguir rumiando en nuestro problema, en saber qué estoy haciendo bien, qué no, es un no parar al que ya le dedicamos muchas horas durante el día. Ahora es momento de evasión. 

    Por eso, si no sabes qué libro leer porque no tienes una buena recomendación o quieres una, lo que puedes hacer es ir a Youtube y escuchar a algún booktuber (Bicheando libros, Josu Diamond...) que te ayude y te oriente desde su posición qué libro puedes leer. Quizás te gusten mucho, quizás solamente uno. Tanto en un caso como en otro, da el segundo paso rápidamente: vete a escoger ese primer libro

El agradable proceso de adquisición de un libro: 

    Para hacerte con él tienes dos alternativas que de hecho no son excluyentes:

  1. Puede ser que no tengas dinero o espacio en casa para adquirir un libro o que te mudes demasiadas veces y prefieras no añadir más peso a tus mudanzas (aunque siempre un libro se puede regalar para que otro sienta lo que tú sentiste al leerlo). Para ello existen las bibliotecas. Quizá la biblioteca de al lado de tu casa no tenga ese libro, pero si le preguntas al bibliotecari@ probablemente te diga la biblioteca de tu ciudad que sí tiene ese libro y algunas bibliotecas públicas hasta te lo traen o lo pueden adquirir ellas para su fondo bibliotecario. ¿Puede haber un recurso más amable que el de las bibliotecas públicas? Muy fan. 
  2. O puedes ir a una tienda a adquirirlo, comprarlo, tocarlo, olerlo. Saborear la textura de lo nuevo. Que el dependiente de la tienda te haga algún comentario del libro, que te recomiende otro similar ("si te gusta ese libro, después te tienes que leer..."), que te aconseje, asesore. ¡Qué importantes esos dependientes de las librerías que hacen que tu estancia en ella sea agradable!

    Tanto que escojas uno u otro formato de adquisición del libro, yo pasaría por los dos. Iría a la librería, a pasar allí un rato, a mirar novedades, a mirar las distintas secciones (me encanta ver los colores de la selección infantil y juvenil, ¡qué tranquilidad me da!), a mirar precios, ediciones. Pasar un buen rato contemplando lo que hay. Iría a la biblioteca para ver qué últimas novedades les han llegado y cuáles nos recomiendan, ver si me interesa otro, consultar a su personal algo que me interese, ¿apuntarme al club de lectura? puede ser una opción si estás a principios del curso escolar. Pasar allí un buen rato. 

    Este proceso también es una buena alternativa a la tristeza. 

Una vez escogido el libro...

    El proceso de leer. 
    
    Estás mal. No te fuerces. Si solamente puedes leer un capítulo, solamente puedes leer un capítulo y si es una sola hoja, es una sola hoja (al menos, sí que te pido que leas una hoja entera para saber qué sensaciones te va dando el libro). 

    Si llevas 50-80 páginas y el libro no te gusta, no pasa nada, nos hemos equivocado, tendremos que poner en marcha de nuevo el proceso. Empezaremos de nuevo con la búsqueda. Es normal no acertar con el primer libro que escojamos. Lo único que esta sensación te da pistas de lo que realmente quieres leer. ¿Has cogido un ensayo y no te ves con fuerza para leer esto? Pues cambia a algo más simple. ¿Has cogido una romántica y se te está atragantando? ¿Tienes el corazón roto y no te apetece ahora mismo creer en el amor? Pues una de misterio, donde haya algún asesinato, no te vendría nada de mal.  

    A mí me sirven las sagas, es decir, las historias que vienen en distintos libros. ¿Por qué? Porque si te gusta, ya tienes el camino realizado de libro qué leer, no tienes que pensar en ello. Porque además te metes en la historia, te haces amiga de los personajes, te interesan sus vidas, es decir, aumenta tu concentración. Porque al provocarte más interés hace que adquieras o readquieras el hábito. Por ejemplo, el verano pasado me leí la historia de los Cazalet. Era un libro que mi madre tenía tirado en casa desde su cumpleaños, que le había regalado su vecina y que no le gustaba. Como no tenía nada que leer, lo cogí, me enganché y no pude parar hasta que no terminé con el último. Por suerte, todos los demás estaban en la biblioteca pública de un pueblo. ¡Increíble!

    Pero si te sientes con muchas dificultades de concentración, la lectura de cómics te puede ayudar a superarlo. Son breves, tienen dibujos, son sencillos de leerlo. Lo más difícil para quien no le gusta los cómics es encontrar el cómic adecuado y que le enganche. ¡Qué bonito dar con Arrugas o con Maus! ¡Qué fácil de leer y qué interés suscita -también pueden tener sagas- encontrar una historia en cómic que te enganche! Heartstopper cumple muy bien esa función. Fácil de leer, es literatura juvenil, te identificas con las cosas que les suceden a los protagonistas y ¡quieres saber qué les pasa! 

    Estas últimas lecturas pueden ser muy útiles para las personas que hablábamos en la tercera advertencia -a las que les cuesta leer y concentrarse-, ya que requieren menos concentración. También la lectura juvenil. Si te cuesta leer, empieza por libros juveniles. Los hay de todos los tipos (como Asesinato para principiantes un libro juvenil y de misterio). Más sencillo de leer y de seguir y quizá una buena forma de empezar.  

    Este post ha sido muy importante de escribir porque yo cometí el tremendo fallo de dejar de leer una temporada en la que estuve mal y pienso que me influyó en que mi malestar durase mucho más tiempo. Por eso, este post es un recordatorio de lo que no se puede hacer y menos los que somos amantes de la lectura. 

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