Esas personas autosuficientes que muestran seguridad en sí misma, que muestran no necesitar a nadie más y que saben estar bien en todos los sitios.

 El otro día, viniendo de noche para casa, un amigo me hizo una reflexión que justamente había pensado mucho durante esa semana: la importancia de no necesitar a los demás. Y es que cuando nos obsesionamos por alguien centramos nuestros días en esa persona y parecemos más inmaduros por lo que nos hacemos menos interesantes.

 ¿Qué interés tenemos en algo de lo que ya todo sabemos, algo que dominamos perfectamente, algo que no supone un reto?

 No confundamos. No estoy diciendo con esto que tengamos que estar jugando a hacernos los misteriosos. De hecho, toda estrategia para conquistar me parece aburrida y pretenciosa. Sin embargo, cuando estamos tranquilos, involucrados en nuestros proyectos, parecemos mucho más interesantes. El sexapil de la autosuficiencia.