Muchas veces nos dejamos desesperar por cómo actúa la gente respecto a nosotros. Criticamos sus comportamientos y les acusamos de no tratarnos lo suficientemente bien, de ser egoístas y lo bastante egocéntricos para no tener en cuenta nuestros sentimientos. ¿Quién no ha dicho alguna vez? "¡La gente es que es la leche!" o "todo el mundo es igual". Esto lo decimos sin pensar que nosotros también somos "gente" para otros.
Últimamente, tiendo a usar en primero persona el verbo "ser" en estas frases puesto que, aunque no sea intencionado, en la mayoría de los casos, muchas veces también utilizo frases desafortunadas, tengo conductas que pueden ser molestas para otras personas, o simplemente no reacciono bien en situaciones que se espera otra reacción de mi.
Por eso, darse cuenta de que nuestra forma de actuar, a veces, también daña a los demás y es algo que hacemos sin querer y no es significativo, hace que podamos asimilar mejor las argumentaciones en contra de una de las tres principales creencias erróneas que según Albert Ellis tenemos los seres humanos. Esta es: "los otros deben comportarse bien y justamente con nosotros". Pues no. No siempre se van a comportar así y esto es una certeza.
Tendemos a creer que existe un principio de justicia universal en el mundo que, en realidad es un principio que nosotros hemos creado y es por el cual regimos nuestra vida. Este principio suele ser más exigente y severo cuando analizamos la conducta de los demás hacia nosotros que cuando nosotros hacemos algo mal. Es decir, si los otros no se comportan como creemos por este principio que se deben comportar, los acribillamos o nos sentimos fatal y si nosotros nos saltamos nuestro principio, entonces siempre podremos encontrar la excusa perfecta por el que lo hicimos.
Todos somos la leche en un momento dado. En mi caso, he dejado de sentirme culpable por no tener siempre una conducta que se considere "universalmente justa" desde mi punto de vista o desde el de los demás. Somos seres humanos. Fallamos, rectificamos y nos volvemos a equivocar. Y por mucho que digan que la vida sirve para aprender, muchas veces no aprendemos. Pero eso, no nos hace menos valiosos como personas. Sólo tienes que intentar dar lo mejor de ti en cada momento.
4 comentarios
Thank you very much, Diana. I appreciate your words :))
ResponderEliminarme gusta como escribes, saludos.
ResponderEliminarGracias por decírmelo, Jefferson!
EliminarGracias por decírmelo, Jefferson!
EliminarGracias por compartir tu experiencia!!!