Siempre me cuesta mucho escribir el primer post del año. Es como si me entrara un respeto nuevo al blog, una deferencia a esa página vacía que es leída por las muchas personas que no conozco y respeto y por otras pocas personas que conozco y me respetan. No querer decepcionar ni a una ni a otras provoca que, si no tengo algo muy interesante que contar, el primer post del año se retrase en el tiempo.
Tenía un tema en mente incitado por las conversaciones que escucho cuando voy por la calle y que hace que preste atención a personas ajenas que, de repente, dicen algo que relaciono con mi día a día. Al final he decidido que voy a escribir sobre unas fotos que tomé ya hace bastante tiempo, de una iniciativa cercana a la calle en la que vivo.
Esta calle con un bonito, y premonitorio, nombre Imágenes, se convierte cada año durante la primavera en el escaparate de una reivindicación, llamada de atención o celebración de algún acontecimiento más o menos socialmente relevante. Por ejemplo, hubo un año que pintaron flores contra la crisis, otro peces y otro paraguas para concienciar por el uso del agua.
El año pasado nos pidieron a los vecinos que aportáramos zapatos que ya no usáramos. Desde mi casa, se dieron botas y sandalias viejas, de esas que dejas "por si acaso" y que por suerte fueron acertadamente eliminadas por mi madre para participar en esta obra. Todos los zapatos fueron coloreados y colgados de un cordel atravesado a lo largo de la calle. No tengo idea de cuántos zapatos pudieron colgar pero daban la sensación de cientos.
Ambas aceras fueran pintadas con huellas que llevaban a distintos caminos, aunque al final todas confluían en un punto, en el medio de la calle.
¿Qué cuál era el tema? Pues no podría ser otro que ese que nos dice que "caminante no hay camino, se hace camino al andar" y es que, aunque haya escuchado más de un centenar de veces la frase de Machado, no deja de parecerme una de las frases más acertadas de la literatura española que conozco.
Como psicóloga, pero especialmente como ser humano, tengo claro que podemos tener un alto grado de influencia del que tenemos sobre nuestro destino, más del que normalmente mostramos. Que, aunque existen situaciones trágicas o sorprendentes que pueden cambiar nuestra vida, en general podemos influir sobre la mayoría de las otras y procurarnos aquello que habíamos pensado (sea bueno o malo).
Porque caminante no hay camino, son tus huellas las que hacen el camino al andar, para este año nuevo que nos toca, elige bien tu destino. Hay mucho sobre lo que tienes influencia.
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