¿Habéis visto comer alguna vez a una persona mayor que ha pasado hambre en su juventud? Yo he visto a los más mayores de mi casa, mayores que pasaron hambre cuando eran jóvenes durante la guerra y posguerra y puedo decir que plato en el que comen, plato en el que no dejan nada, ni siquiera una gota en un plato de sopa.
Los mayores se las apañan, ya sea con el pan o cogiendo el plato y tomándolo como si fuera un vaso, para poder acabar con todo. Recuerdan la escasez que pasaron en su juventud y no quieren (o pueden) desaprovechar nada de lo que ahora les ofrecen.
Pasa algo parecido a las personas que han sufrido escasez en el amor, personas que no han tenido relaciones satisfactorias durante un tiempo. Ocurre que cuando cogen una relación la estrujan al máximo hasta que no queda ni una gota, ni un fideo.
En el caso de que sea con un amor correspondido, que se encuentren con alguien que esté en el mismo punto, todo irá genial. Lo malo sería encontrar a una de esas personas que interpretan la entrega como dependencia, la pasión como debilidad, el amor como miedo...
Entonces, en ese caso deberíamos apartarnos lo más rápido posible de esa relación pues, si queremos cambiar el concepto sobre el amor, nos tenemos que alejar de personas que tienen miedo a entregarse en él. Y cuanto antes lo hagamos mejor, porque cuanto más tiempo lo dejemos, más estancados nos quedaremos en relaciones que, de nuevo, nos harán pasar hambre.
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