Si tuviera que elegir una situación que me pueda doler, dentro de las top five de situaciones que me duelen, esta estaría en una posición alta. Hay personas que tendemos a buscarle explicación a todas las cosas. Supongo que este blog es un ejemplo de mi manera de ver la vida, de intentar entender e interpretarlo todo. Y eso es humanamente imposible. Desde una perspectiva más filosófica, no todo tiene una explicación y menos, una sola explicación. Como dice Mafalda "y eso me gusta". Pues a mi a diferencia de Mafalda, no me gusta.
Sin embargo, Quino tenía toda la razón . No se puedo explicar el por qué de las conductas de los otros. Hay que aceptar y dejar marchar, porque cuántas más explicaciones pidas más le alejarás y menos sabrá qué decir. Ejemplo:
Chica: ¿Por qué no has venido a verme?
Chico: Porque ayer pasaste todo el día de mi haciéndote la interesante.
Chica: Tú sabes que no es verdad. Sabes que es que tienes novia y eso me ralla.
Chico: ¿Entonces para qué quieres que vaya a verte? Ya sabes lo qué hay.
Chica: Ya pero me dijiste que te ayudara a olvidar a tu novia.
Chico: No quiero olvidarla (aquí nos deja descubrir que nos ha mentido porque sólo hace dos días había dicho que "odia a su novia" y que quiere cortar con ella, que no sabe cómo y que ojalá alguien le ayudara).
En esta situación, la chica tiene dos respuestas posibles:
Chica 1. ¿Por qué me has engañado?
Chico: Mira, da igual. Para qué seguir hablando. Hemos pasado una noche maravillosa y dejémoslo ahí en ese punto.
Con la siguiente sensación de impotencia y de pérdida de control por parte de la chica. Él decide cuando empieza la relación, cuánto dura y cuándo se acaba.
Chica 2. Bueno, no te preocupes. Tampoco quiero una relación contigo. Me encantó el sexo que tuvimos el otro día. Eres fantástico.
Chico: A mi también. Mira, te voy a ser sincero: a mi me encantaría repetir más veces lo que tuvimos el otro día, pero estás diciendo algunas cosas que no sé qué pensar.
Con la sensación de que no es que te rechace si no más bien que quiero lo mejor de lo mejor. Seguir con su novia y además mantener relaciones sexuales contigo porque le has encantado.
Tú eliges cómo te sientes y eliges lo que dices. Si pides un por qué, la otra persona se pone a la defensiva y no te contesta, te rechaza e, incluso, intenta quedar por encima. Sin embargo, si le haces ver que no te importa por qué lo hace, se acerca a ti.
Leí el otro día en un libro de Nick Hornby un párrafo que explica perfectamente esta situación. El personaje reconoce que el hecho de que te den una explicación "es como rascarte cuando tienes varicela. Crees que va a aliviarte y entonces el picor se desplaza a otra parte". Recomiendo esta gran lectura. No se encuentra la respuesta a lo que queremos saber, pero sí sirve para darnos cuenta que la vida no es fácil para nadie y que a todos nos cuesta dar una explicación de por qué nos comportamos de la manera que lo hacemos.
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