Desde que me dejaste he
aprendido que la vida no es fácil, aunque eso estando contigo ya lo sabía. He
aprendido lo que significa la palabra cobardía y que la gente suele ser muy
cobarde. He tenido relaciones con hombres cobardes, que pensaron que no
merecía la pena luchar y que prefirieron no compartir mis problemas,
aunque yo sí tuve que compartir los suyos.
Muchas veces deje de creer en el ser
humano porque me sentí muy traicionada en muchos momentos. Pero
descubrí que el problema no eran las traiciones, el problema real era que yo no
me quería (o me quiero) lo suficiente para darme cuenta que lo importante del
camino es que tú te quieras, porque los demás solo forman parte de alguna parte
del recorrido.
Desde que me dejaste he
sentido mucha tristeza porque hayas dejado de formar parte de mi vida, no como
pareja sino como persona. Me ha decepcionado que tú no hayas sido menos cobarde
que aquellos que descubrí luego. Pero te entiendo, sé que te debes a una nueva
vida.
He aprendido que la gente no
dice lo que quiere y, peor aún, que la gente puede pasar años y años en
situaciones que no le gustan, únicamente por quedar bien o por compromiso. He
aprendido que es muy difícil ser honesto con los demás y sobretodo ser honesto
con uno mismo. Que decimos que eso lo vamos (o no lo vamos a hacer) y luego
traicionamos nuestro pensamiento y hacemos lo contrario.
He aprendido que existe mucho
miedo. Que es muy común el miedo a fracasar, pero que increíblemente también
existe mucho miedo a triunfar. Que cada día se lucha menos por lo que se quiere
y que los que más luchan no lo hacen con las mejores armas. Es más frecuente el
uso de artimañas.
He decidido que, a pesar de
esto, me gusta intentar ser buena gente y si puedo hacer bien a los que están a
mi alrededor, lo prefiero a hacerlos sentir mal. Aunque también te digo que, a
veces, para conseguirlo tengo luchar contra demonios que no cumplirían lo que
tú me enseñaste una vez: la importancia de tener respeto. Respeto mucho que me
enseñaras a tener respeto. Creo que, de hecho, esa palabra marcó mi vida.
Desde entonces, ha habido
muchas alegrías y demasiadas penas. Sin embargo, lo único que no me da pena es
que me dejarás, porque eso me dio oportunidad de tener lo que he conocido. Y
porque bien sabes que, en el fondo, yo fui una cobarde y te obligué a tomar
una decisión de la que yo hasta ahora, nunca me he arrepentido.
2 comentarios
Sin duda tus mejores palabras en este blog.
ResponderEliminarTe quiero preciosa!!!
Me satisface mucho que alguien tan exigente como tú me diga esto! Te quiero
EliminarGracias por compartir tu experiencia!!!